Contos pola igualdade

SOMOS IGUALES

Queliña quiere ser aviadora, le gusta vivir aventuras y contar historias. De pequeña estaba harta de escuchar cuentos de PRINCESAS ROSAS y apocadas y de PRÍNCIPES AZULES insensibles. Y un día gritó: ¡¡¡BASTA YA!!!

Se puso el gorro y las gafas de piloto y se fue a buscar cuentos para demostrar que las niñas y los niños SOMOS IGUALES. Sí, igual de valientes e igual de sensibles.

Descubriremos historias de niñas y niños (también de animales personificados) que rompen los estereotipos que abundan en los cuentos tradicionales. Encontraremos niñas decididas y niños sensibles, identificaremos situaciones a las que nos tenemos que enfrentar día a día, en la  escuela, en casa, con los amigos… donde la violencia o la agresividad física y verbal puede tener réplica y solución gracias a la palabra y disfrutaremos jugando con la imaginación que nos une.

Desde la niñez se puede prevenir todo tipo de violencias mediante nuevos modelos de feminidad y masculinidad, rompiendo así con los roles y estereotipos tradicionalmente asignados a cada género . 

Desmontemos con cuentos estos estereotipos que dificultan la convivencia pacífica entre niñas y niños.

 

LAS NIÑAS

Las niñas necesitan otros modelos en los que identificarse. Desde muy pequeñas la sociedad les enseña que su valía está determinada primordialmente por su belleza,  su rol reproductivo, su delgadez, por ser sensibles, cariñosas y obedientes y no por su inteligencia, su asertividad,  su creatividad o su capacidad crítica o de liderazgo.

 

LOS NIÑOS

Las emociones no son solamente cosas de niñas… Es muy importante que los niños aprendan a expresar también de forma adecuada sus emociones, en muchas ocasiones vetadas por su género, lo que termina siendo una de las semillas de actitudes de maltrato en el futuro. Tienen que sentirse libres para hablar sobre esto, para evitar que esa frustración genere agresividad e violencia : «los niños no lloran», » eso es cosa de niñas»…

 

CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

«Las semillas de la violencia se siembran en los primeros años de vida, se cultivan y se desarrollan durante la infancia y comienzan a dar sus frutos malignos en la adolescencia»

Necesitamos, a través de los cuentos, mostrar a las niñas y a los niños modelos alternativos con los que identificarse, para que comprenda que SOMOS IGUALES: niñas fuertes, niños sensibles. 

Los cuentos fomentan la empatía. Es decir, la capacidad de ponerse en el lugar del otro e identificar las emociones ajenas. Los cuentos constituyen una poderosa herramienta para la coeducación, pero antes de enseñar hábitos, debemos aprender a ser, como dijo Aristóteles, nuestra mejor versión posible de nosotros mismos. Esta es la felicidad. Y para alcanzarla tenemos que desaprender, criticarnos, ver y comprender, saber identificar un entorno o situación violenta tanto en el ámbito doméstico, en el ámbito escolar como en el ámbito personal. Solo así  podremos cambiar lo que no funciona.

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